Entre los papeles atesorados en el cartapacio de Elisa Vinent, encontramos un «Cuaderno de sortilegios, encantos y hechizos varios». Cuenta Elisa, en la primera página de dicho cuaderno, que se trata de un compendio de magia morisca elaborado por ella misma, a partir de una serie de manuscritos aljamiados que llegaron a su poder. Elisa, hija de un acaudalado indiano establecido en la Sevilla del XIX, heredó de su padre una serie de cortijos y suertes de olivar distribuidos por las provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla. Y fue en uno de esos cortijos, escondida en un falso piso de madera, donde apareció una colección de códices aljamiados. El capataz del cortijo sabía de las rarezas de su señora, de su gusto por los libros antiguos. En cualquier otra circunstancia, aquellos papeles viejos habrían ido directos al hogar de la cocina. No así en las posesiones de Elisa que, ansiosa por conocer lo que en aquellas páginas se escondía, no dudó en buscar persona adecuada para leerlos…
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